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lunes, 24 de diciembre de 2007

Los diplomáticos al debate (pero con paquete incompleto)

Autor: John Bailey
Fuente: El Universal
24 de Diciembre de 2007

El 7 de diciembre, el presidente Calderón se reunió en Los Pinos con los embajadores y los cónsules de México en Canadá y Estados Unidos. Su mensaje central fue que el debate migratorio se está intensificando, especialmente en Estados Unidos, y que los embajadores y cónsules deben involucrarse en dicho debate para proteger a los ciudadanos mexicanos que residen en esos países y para promover los intereses de México. Las declaraciones del Presidente, reportadas en internet por su oficina de prensa, son interesantes tanto por lo que dijo como por lo que omitió.

Primero, en cuanto a la premisa en que se basan sus palabras, ¿realmente se está intensificando el debate migratorio, al menos en el caso de Estados Unidos, y deben involucrarse los diplomáticos mexicanos? Mi respuesta es sí para ambas preguntas. Segundo, ¿en qué forma los lineamientos políticos del presidente Calderón podrían afectar el debate? Considero que podrían ayudar en aspectos secundarios, pero omiten el tema central de corto plazo y podrían augurar un retorno al pasado.

No hay duda de que la inmigración, legal y la ilegal están jugando un papel sorprendentemente importante en los estados donde se realizan las primeras elecciones primarias, especialmente Iowa. Particularmente del lado republicano, los electores que participan en comicios primarios están ubicando la migración cerca de la parte más alta de la agenda. Pero en Iowa, como en otras partes, los votantes reconocen que la inmigración es un tema enormemente complicado y esperan que los candidatos ofrezcan políticas bien meditadas. Los electores reconocen, por ejemplo, que expulsar a los residentes indocumentados es absurdo. Si así son las cosas, ¿entonces cuál debe ser precisamente la política para su legalización? (Prohibidas las frases prejuiciosas).

Tampoco hay duda de que los diplomáticos mexicanos deben involucrarse en el debate migratorio. De hecho, según mi experiencia, el público estadounidense espera que los diplomáticos participen en los debates para presentar los argumentos relevantes en defensa de los intereses de México. La clave, por supuesto, es centrar los argumentos en cuestiones de política pública y evitar la apariencia de que se está respaldando a un partido o candidato en particular. (Recuerdo a un embajador canadiense cuyas declaraciones fueron interpretadas como un apoyo a Al Gore en contra de George Bush en las elecciones presidenciales del 2000. No hace falta decir que resultó ser un grave error diplomático).

Sin embargo, opinar sobre política pública es aceptable. Se espera que los diplomáticos escriban artículos periodísticos, participen en foros y realicen declaraciones públicas para ofrecer información o para corregir información que consideren errónea. De hecho, se espera que todos los comerciantes de ideas presenten sus productos en el mercado y que los compradores adquieran lo que les parezca genuino y útil.

¿Qué productos quiere el presidente Calderón que sus diplomáticos vendan? La lectura de sus declaraciones sugiere dos cosas principales. Primero, en el aspecto legal, los diplomáticos deben proteger los derechos de los mexicanos en el exterior. “Los mexicanos deben encontrar en los consulados mexicanos a su abogado”. Segundo, en el aspecto económico, los trabajadores mexicanos que viven en Estados Unidos generan importantes beneficios netos para la economía estadounidense. Asimismo, contribuyen a mejorar la competitividad general de Norteamérica en relación con Asia y Europa.

Ambos temas son importantes para la cuestión migratoria, y los diplomáticos mexicanos pueden plantear los argumentos legales y económicos. En este sentido, pueden hacer varias aportaciones útiles. Sin embargo, están defendiendo posiciones bien conocidas que se relacionan con los asuntos menos esenciales del actual debate.

Los temas cruciales del debate que se lleva a cabo actualmente en Estados Unidos se centran en controlar las fronteras, detener la inmigración ilegal y regular la inmigración legal. Estos son temas mucho más difíciles de abordar para los diplomáticos mexicanos, no porque involucren aspectos de política interna de Estados Unidos (los temas legales y económicos también involucran la política interna estadounidense), sino porque involucran aspectos delicados de la política interna de México también. El hecho de que un diplomático mexicano participe en la conversación pública en Estados Unidos sobre las formas de controlar la frontera, podría desatar una fuerte reacción política en contra en México.

Pese a esto, promover el diálogo es importante. “En especial”, dijo el Presidente, “instruyo a nuestro embajador en Estados Unidos para que profundice el diálogo con las autoridades estadounidenses sobre la necesidad de alcanzar una reforma migratoria integral, en la que se consideren las contribuciones de los mexicanos a la economía y a la sociedad de ese país, la complementariedad de nuestros mercados laborales y las ventajas para los dos países del Tratado de Libre Comercio para América del Norte”.

Para ser precisos, esta es la agenda de una reforma migratoria parcial, una que excluye los controles fronterizos y una regulación efectiva de nuevos flujos de migrantes.

Por un lado, la omisión presidencial sobre los controles fronterizos y la regulación efectiva de los flujos de migrantes tiene sentido. ¿Por qué habrían los diplomáticos mexicanos de abordar temas de la agenda que son fundamentalmente de interés estadounidense? Después de todo, no tiene sentido que los diplomáticos negocien con ellos mismos. Para decirlo de otra forma, no se contrata a un abogado (en este caso un diplomático) para ofrecer los argumentos a favor de todos los involucrados en un caso. Debe ofrecer argumentos a favor de la parte que representa.

Por el otro lado, sin embargo, el gobierno mexicano se está moviendo hacia el pasado, de regreso a los días en que la seguridad se separaba de la migración y sólo las dimensiones legales y económicas importaban. En este sentido, es interesante que el presidente Calderón mencionara el TLCAN, con su énfasis en comercio y finanzas, pero que no aludiera a la Asociación para la Seguridad y la Prosperidad en América del Norte, ASPAN, que aparentemente se ha convertido en un distante recuerdo, pero que representó un paso adelante en el esfuerzo por armonizar el tema de la seguridad con el comercio y las finanzas.

Así las cosas, los diplomáticos abordarán sólo la mitad del actual debate. Sonará como aplaudir con una sola mano.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Secretaría de Relaciones Exteriores. Presupuesto de Egresos 2008

Quiero hacer notar de manera muy breve que hay algunos comunicados erróneos de notimex insertados en la prensa mexicana referente al recien publicado (17 de Diciembre) Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2008. Las notas, como ésta, tienen un error en la información del presupuesto asignado para la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), dependencia encargada de manejo de la política exterior de México. En ellas se indica que para el 2008 se asignó a la SRE 6, 736, 900, 000 mxp cuando en realidad fueron 5,348,200,000 mxp. El monto señalado corresponde a la Secretaría de Gobernación y no SRE.

Aunada a esta confusión, el pasado lunes, durante el programa "Entre Tres", televisado por TV Azteca, Olga Pellicer mencionó lo lamentable que resulta que en el presupuesto de 2008 se haya reducido el monto asignado para la SRE respecto al año anterior A partir de ahí los especialistas, en especial Fernando Escalante, se enfrascaron en una discusión acerca del poco rumbo que tiene la política exterior de México y el difuso "interés nacional" de la actual administración. Esto, asimismo, es un error ya que en el 2008 se incrementó la partida asignada a la SRE en comparación con el año pasado. En 2008, el Congreso aprobó una partida presupuestal de 5,348,200,000 mxp, mientras que en el 2007 el monto fue de 4,836,030,085.
  • Para consultar el Presupuesto de Egresos 2008, hacer click aquí (la partida de la SRE está en la página 68).
  • Para consultar el Presupuesto de Egresos 2007, hacer click aquí (la partida de la SRE está en la página 56).

miércoles, 12 de diciembre de 2007

México y China (OMC)

El día de ayer se venció el plazo en el cual México puede aplicar medidas proteccionistas (antidumping) a ciertos productos provenientes de China. La llamada "Clausula de Paz" fue negociada en el 2001 en el seno de la OMC (año de ingreso de China a la organización) y se acordó que México estaría facultado para emprender medidas proteccionistas hasta el 2007 sin que el país asiático fuera capaz de llevar el asunto al mecanismo de solución de controversias.

El fin del plazo acordado en 2001, significa que nuestro país tiene la obligación de comenzar a revisar, conforme a las reglas de la OMC, las cuotas compensatorias de aproximadamente mil fracciones arancelarias (16 grupos de fracciones), relacionadas con 17 industrias. El efecto más inmediato es que México tendrá que eliminar las cuotas compensatorias que hoy día se aplican si es que China llevará las demandas al panel de resolución de controversias de la OMC.

Los productos e industrias en donde se preveé la eliminación gradual de medidas antidumping son: textiles, prendas de vestir, calzado, bicicletas, candados de latón, carreolas, cerraduras, encendedores, juguetes, herramientas, lápices, vajillas, maquinaria y aparatos eléctricos, productos químicos, válvulas de hierro y acero, velas.

Cabe mencionar que la eliminación de salvaguardas a productos chinos no es un tema nuevo ni algo al que habrá dar respuesta de manera súbita debido al fin de la cláusula de paz entre México y China. Desde el 2001, la Secretaria de Economía ha venido eliminando la protección a diversos productos de origen chino, tales como: conexiones de hierro maleable, neumáticos, cámaras para bicicleta, vajillas, algunos químicos orgánicos, y recientemente (el 7 de Diciembre), furazolidona. Además, hay otras industrias en donde, si bien no se ha eliminado la protección a los productos, se encuentra pendiente el fin de la revisión de las cuotas compensatorias aplicadas a las importaciones chinas y por ende, es un proceso que se ha iniciado desde tiempo atrás. Este es el caso para algunos productos mencionados en el párrafo anterior.

Por último, es importante señalar que la protección mexicana a dichas importaciones se mantendrá, probablemente, de 12 a 18 meses más. Esto debido a los procesos de revisión pendientes y a las solicitudes que las industrias afectadas han presentado ante la Secretaría de Economía para no eliminar las salvaguardas. No obstante, el fin de la Cláusula de Paz tiene consecuencias importantes para la relación comercial entre ambos países ya que tanto el gobierno chino, a través de la impugnación en la OMC, así como los productores e importadores ubicados dentro del territorio nacional, a través de amparos, contarán con los canales formales para solicitar la exención y eliminación de cuotas compensatorias.

Seguramente seguiremos leyendo de manifestaciones de aquellos productores que se ven afectados por la competencia china. Sin embargo, hay que reconocer que dichas acciones son de esperarse, toda vez que hay ganadores y perdedores de las desgravaciones comerciales. Hay que hacer notar que también existirán sectores beneficiados por la posibilidad de importar insumos y bienes finales libres de cuotas compensatorias. Recordemos que China es el principal socio comercial de México en Asia contribuyendo con cerca del 32% del comercio total mexicano con la región. Asimismo, se espera el consumidor final sea el más beneficiado de la eliminación de cuotas ya que habrá la posibilidad de acceder a bienes con precios inferiores a los actuales.

La competencia china es particularmente importante para México en varios sentidos
. China compite con México, en general, en los mismos productos, es decir, en manufacturas. Lejos de ser mercados complementarios, los productos chinos compiten en los mismos nichos de mercado que los bienes mexicanos. Segundo, la competencia china a nivel internacional tiene un efecto directo en los precios internacionales de las exportaciones mexicanas, forzando a éstas a ir a la baja. En el periodo 2001-2004, el incremento del comercio internacional chino significó una disminución de 2.262% en los precios de exportación de los productos mexicanos. Finalmente, las exportaciones chinas están desplazando a los productos mexicanos de nuestro principal mercado: Estados Unidos. Ni el TLCAN, ni la posicion geográfica, han impedido que China se empiece a posicionar como el segundo socio comercial del vecino del norte.

La competencia China en México es una realidad e incluso es previsible toda vez que se ha identificado a China como uno de los países clave para construir alianzas estratégicas e incrementar los intercambios comerciales con la región Asia-Pacífico. A pesar de que se logre prolongar la aplicación de salvaguardas a productos chinos, no se debe perder de vista que es necesario incrementar la competitividad de los productores mexicanos; como todo, la relación trae consigo retos y oportunidades.

La presión de los países por tener intercambios comerciales más justos y transparentes vendrá en ambos sentidos. También el gobierno mexicano, al igual que otros países, han presionado a China para eliminar aquellas practicas comerciales desleales que afectan a los mercados nacionales. Los esfuerzos para "disciplinar" a China se deben de llevar a cabo dentro del sistema comercial internacional y no fuera de éste. La aplicación de cuotas compensatorias son en realidad medidas temporales y a corto plazo; la competencia china en México y en los mercados internacionales es una realidad para la cual hay que estar preparados.